A LA SOMBRA DE MI SOMBRERO: POR RAQUEL REVUELTA

¡Hola, queridos todos! En estos últimos días uno de los temas de conversación típicos, aunque más que justificado, es el calor tan sofocante que estamos pasando por estos lares de Dios. Y la verdad es que llevar un sombrero, gorra o similar, se agradece una barbaridad; además de por la cuestión estética, porque algún gradito mengua la temperatura de nuestra cabeza y con ella nuestras ideas seguramente recalentadas.

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